En la vida siempre nos preguntamos, ¿el bombero se hace o nace?, en mi caso me hice bombera por equivocación, pero con el pasar de los días nació en mi corazón el entusiasmo de servir a los demás y el orgullo de ser bombera fue creciendo, por eso doy gracias a Dios. Porque mi formación a lo largo de estos 17 años me permitió ayudar a muchas personas, pero en especial a mis familiares, la mas dolorosa en un grave accidente de tránsito, debiendo ser yo quien les brindara la primera atención hasta que lleguen mis compañeros. Seguiré siendo bombera si Dios así me lo permite.
Nubia Jara, Sub Teniente